Tal y como ha apuntado la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA, en sus siglas en inglés) en un informe del pasado mes de Febrero, las vías a disposición de personas refugiadas o necesitadas de protección internacional para entrar en territorio comunitario de forma legal y segura son prácticamente inexistentes. Como consecuencia de ello, la inmensa mayoría de personas migrantes tienen que recurrir a redes ilegales de tráfico de personas, con los enormes riesgos que ello conlleva para su seguridad.

Según Frontex, en 2014, unas 278.000 personas fueron detenidas, interceptadas o rescatadas mientras trataban de llegar a la Unión Europea de forma irregular, alrededor del doble de la cifra registrada en 2011. Y, de acuerdo con los datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en 2014 unas 3.400 personas fallecieron en el Mediterráneo en su intento de alcanzar las costas del sur de Europa.

Estas preocupantes cifras apuntan a la urgente necesidad de definir, en el ámbito comunitario, una política migratoria común en la que se garanticen la protección de la vida y la defensa de los derechos de las personas migrantes. En este sentido, desde el Movimiento por la Paz instamos tanto a las instituciones comunitarias como al conjunto de Estados miembro a priorizar este enfoque en el diseño de la Agenda Europea de Migración en la que ya se está trabajando.

Igualmente, creemos firmemente en la necesidad de mejorar las condiciones de vida de los países de origen de las personas migrantes, de forma que estas puedan vivir en condiciones de seguridad y dignidad, y no se vean abocadas a arriesgar sus vidas en sus aspiraciones de alcanzar una vida mejor. En este sentido, defendemos la necesidad de fortalecer, entre otros mecanismos, las políticas de cooperación internacional al desarrollo como instrumento esencial de desarrollo del bienestar y la seguridad del conjunto de países que integran la comunidad internacional.