Contra el terrorismo, por la Cultura de Paz

Contra el terrorismo, por la Cultura de Paz

Valentina Calà

Desde el Movimiento por la Paz –MPDL- mostramos nuestra más profunda condena al atentado cometido ayer en Niza y expresamos toda nuestra solidaridad con las víctimas y sus familiares, así como con el conjunto de la ciudadanía e instituciones del país vecino.


El ataque, que hasta el momento se ha cobrado la vida de 84 personas y ha dejado heridas a otras 138 (de las cuales 18 se encuentran en estado crítico), representa un deplorable atentado contra la vida y la libertad de población civil inocente.

A falta de conocer importantes detalles relativos al atentado, el ataque cometido ayer en Niza viene a sumarse a la larga lista de acciones terroristas que, durante los últimos meses, han sido llevadas a cabo en diferentes puntos del globo (Francia, Egipto, Bangladesh, Líbano, Bélgica, Estados Unidos, Malí, Túnez, etc.) contra personas de diferentes nacionalidades, religiones, orientaciones sexuales, tendencias políticas, etc. Personas diversas pero iguales en dignidad, en derechos y en aspiraciones, todas ellas víctimas frente al terror.

Cultura de Paz como herramienta contra el terrorismo

Por ello, resulta más necesario que nunca redoblar nuestros esfuerzos para acabar con el terrorismo y con cualquier forma de violencia que suponga una amenaza a los derechos y las libertades del conjunto de la ciudadanía. Para ello, desde el Movimiento por la Paz creemos firmemente en la cultura de paz y la solidaridad entre los pueblos como herramientas para conseguir el objetivo. En efecto, la paz y el respeto a la vida de las personas no se garantizarán únicamente con políticas de seguridad, sino fundamentalmente a través de políticas y estrategias justas que, desde enfoques multidimensionales, contribuyan a fortalecer los comportamientos, actitudes y capacidades (en forma de derechos, libertades, condiciones de vida, etc.) de las personas y los pueblos como mejor forma de contrarrestar la violencia.

La educación en valores representa, en este sentido, un elemento clave para la construcción de comunidades más pacíficas, más incluyentes y más capacitadas para la resolución pacífica de los conflictos. Una educación inclusiva cuyo debilitamiento en numerosos lugares de Europa, en el marco del desmantelamiento del Estado de Bienestar, ha tenido como consecuencia la radicalización de numerosos jóvenes.

Por todo ello, desde el Movimiento por la Paz condenamos la violencia terrorista y reiteramos nuestra convicción en la necesidad de promover la justicia social, la igualdad de oportunidades, el respeto a los derechos fundamentales y la dignidad de las personas, allá donde estas se encuentren, como la mejor vía para conseguir la cohesión, el respeto y la convivencia pacífica entre las diferentes comunidades y pueblos que habitan el globo.