Si sobre los Derechos Humanos se fundamenta el planeta en el que queremos vivir, la violencia representa su principal amenaza y para prevenirla, la alternativa es la Cultura de Paz. Las sociedades en las que el intercambio y la integración son las principales formas de relación social se convierten en sociedades abiertas con espacios de convivencia transformadores, en los que las personas tienen capacidades de desarrollo pleno.


Bajo esa perspectiva, el Movimiento por la Paz trabaja dentro y fuera de España en varias direcciones. Por una parte, atendiendo individual y colectivamente a víctimas a quienes la violencia ejercida ha dejado completamente desprotegidas para conseguir su recuperación, como en Colombia, Guatemala y Mali. Por otra parte, en las escuelas y en los espacios públicos, integrando la Cultura de Paz como medio para prevenir la violencia y consolidar relaciones basadas en el respeto mutuo y el aprendizaje, como es el caso de Guatemala y en centros educativos en España. Por último, con programas de mediación que permiten la resolución de conflictos en barrios o intrafamiliares, facilitando el desarrollo comunitario.

Pero estos esfuerzos entendemos que deben ir acompañados de un trabajo muy profundo e integrado a todos los niveles, incluyendo a las administraciones y otros actores sociales, que deben implicarse en esa tarea si queremos que tenga el calado social que merece. 

En el Movimiento por la Paz empleamos distintos mecanismos para prevenir y desmontar las causas de la violencia porque la Paz es mucho más que la ausencia de guerra y la herramienta más poderosa con la que contamos, como veremos en el siguiente eje, es la Educación en valores y para la Paz