2018: No cesaremos en la construcción de un mundo más justo

2018: No cesaremos en la construcción de un mundo más justo

Acaba el 2017, un año sacudido por el asesinato de cerca de 300 defensores de Derechos Humanos en el mundo, la crisis humanitaria de cientos de miles de personas rohingya en Myanmar y la extrema situación de emergencia de migrantes, refugiados y solicitantes de asilo a las puertas de la Unión Europea. La desigualdad, la injusticia social y las violencias siguen siendo las causantes del sufrimiento de millones de personas en el planeta.


La sociedad civil, los/as activistas y defensores/as de Derechos Humanos hemos continuado nuestra labor en la construcción de una sociedad más justa para todas y todos, visibilizando y denunciando las violaciones de Derechos Humanos, las situaciones injustas en cualquiera de sus formas y las violencias en todas sus manifestaciones. Pero aún queda mucho camino por recorrer y necesitamos seguir luchando por ese cambio que convierta la solidaridad y el bienestar de las personas en el eje central a nivel político y social. En una sociedad justa es inadmisible que ocho hombres posean la misma riqueza que 3.600 millones de personas.

"Un chico como los demás", así se define Mohamed, un joven marroquí del Programa de Acogida Humanitaria del Movimiento por la Paz - MPDL. "Vine a España porque quiero tener una vida normal, como la gente. Quiero tener familia, tener trabajo… al menos por un día sentir que soy humano, con mis derechos". A las puertas de la Unión Europea, durante el 2017 miles de personas han arriesgado su vida al intentar encontrar un futuro que se les niega en sus países de origen. En lo que va de año, más de 165.000 personas han llegado a Europa por mar huyendo de conflictos armados, violaciones de derechos humanos o crisis económicas y humanitarias. Más de 3.100 no lo lograron y perdieron su vida en el Mediterráneo.

La violencia, la pobreza y sus consecuencias son las principales causas de que las personas huyan de sus países y arriesguen sus vidas por una oportunidad. 815 millones de personas pasan hambre en el mundo y más de la mitad de los países de África se encuentran entre los que sufren un mayor índice de pobreza. En 2017, la región del Sahel ha vuelto a ser un escenario donde convergen diferentes situaciones coyunturales, conflictos armados, terrorismo y catástrofes naturales, que contribuyen a mantener el alto nivel de vulnerabilidad estructural de la población local. "Tanto en Mali como en Níger, países de la región donde trabajamos, redoblamos nuestros esfuerzos para aumentar los niveles de resiliencia de la población, especialmente en el ámbito rural, donde la inseguridad alimentaria, la pobreza y la desigualdad entre mujeres y hombres son algunos de los principales problemas", explica Pablo Muñoz, Responsable de los programas de Níger en el Área de Cooperación Internacional.

El empobrecimiento no conoce fronteras. En España, el desempleo y la precariedad económica siguen marcando la vida de la mayoría de la población y casi 13 millones de personas, el 27,9% de la ciudadanía de nuestro país, se encuentran en riesgo de pobreza o de exclusión social según el último informe El estado de la pobreza en España. "Es imprescindible la implicación de los poderes públicos y privados en la elaboración de políticas sociales que permitan la integración real de las personas en riesgo o situación de exclusión social", apunta Cristina Rodríguez, trabajadora social del Programa de Urgencia del Movimiento por la Paz. Durante este año el número de familias atendidas no ha disminuido, lo que refleja una realidad en la que cada día aumenta más la desigualdad en prejuicio de las personas que menos recursos tienen.

Si valoramos el 2017 desde la situación de las mujeres en el mundo, este año ha supuesto un paso más allá. "Gracias a las redes sociales se ha logrado la globalización de los feminismos. Se ha dado voz a la situación de desigualdad y violencias a las que hacen frente las mujeres en su día a día", explica Begoña Serrano, Responsable del Área de Mujer del Movimiento por la Paz. Ha sido un año de movilizaciones, de generar sororidad, del inicio de la incorporación real de los hombres a la consecución de la igualdad de oportunidades y la erradicación de las violencias machistas.

"Pero estos avances no pueden hacernos olvidar que una de cada tres mujeres es víctima de violencia de género en el mundo, que al menos 200 millones de mujeres y niñas han sufrido mutilación genital, que del total de víctimas de trata de personas en el mundo, el 71% son mujeres y niñas", puntualiza. Estos datos deben motivarnos a todas y todos para involucrarnos en la transformación de la sociedad, una sociedad donde la paz positiva sea una realidad.

Tenemos muchas cosas que cambiar y mejorar en 2018. El mundo, nuestras ciudades y barrios necesitan el esfuerzo de todas y todos. Desde el Movimiento por la Paz queremos destacar que la paz es mucho más que la ausencia de guerra: es igualdad, justicia social y una sociedad libre de violencias, y se construye cada día con pequeños y grandes gestos. Todas y todos tenemos la capacidad de actuar para cambiar las cosas. Tenemos la capacidad de posicionarnos y construir una sociedad más justa. Y el mejor día para hacerlo es hoy.