20 de junio, Día Mundial de las personas Refugiadas

El 20 de junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado como una expresión de solidaridad, sensibilización y responsabilidad con todas las personas refugiadas. Según datos del ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para el Refugiado), actualmente hay más de 45 millones de personas refugiadas, desplazadas y/o apátridas en el mundo. De ellas, aproximadamente la mitad son desplazadas internas, desarraigadas dentro de sus propios países.


Los conflictos armados, la pobreza y el subdesarrollo son las principales causas de los desplazamientos forzados de población. Situaciones que dibujan hoy día, en pleno siglo XXI, un escenario de flagrante violación de derechos fundamentales para numerosas personas en los cinco continentes. En este sentido, desde el Movimiento por la Paz –MPDL- reclamamos a las autoridades, tanto estatales como internacionales, el cumplimiento de todos y cada uno de los principios recogidos en la Convención de Ginebra de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados, así como garantizar los principios de solidaridad y respeto de los Derechos Humanos recogidos y ratificados en el seno de las Naciones Unidas y la Unión Europea, revistiendo una especial relevancia el Derecho al Retorno.

El Movimiento por la Paz trabaja diariamente con miles de personas refugiadas y desplazadas a causa de conflictos armados o crisis complejas en algunos de los puntos más inestables del planeta.

Es el caso, por ejemplo, de la población refugiada palestina, que se estima representa una tercera parte de las personas refugiadas en el mundo, constituyendo además el grupo de población que más tiempo ha permanecido en el exilio. Según la UNRWA (la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo), en 2012 se contabilizaron un total de 4.919.917 personas refugiadas palestinas en Jordania, Líbano, Siria y los Territorios Ocupados Palestinos (Gaza y Cisjordania). El Movimiento por la Paz apoya a más de 40.000 personas refugiadas palestinas en estas zonas junto con las organizaciones locales, en ejes de Fortalecimiento de la Ciudadanía, Discapacidad, Mujer y Salud.

Igualmente, en la región de Oriente Medio trabajamos con la población refugiada siria en Jordania y Líbano. En total, cerca de 2,5 millones de personas sirias han tenido que abandonar sus hogares a causa del conflicto, de las cuales más de medio millón se encuentran en Líbano y aproximadamente 475.000 han encontrado refugio en Jordania.

En Colombia, donde el Movimiento por la Paz se encuentra presente desde 1997, según fuentes oficiales del gobierno colombiano, la población desplazada por el conflicto interno asciende a 5.701.996 personas. En concreto, la región de los Montes de María cuenta con un total de 215.505 personas desplazadas, lo cual representa casi el 50% de su población total. Es en esta zona donde el Movimiento por la Paz centran su trabajo en apoyar a esta población, en su mayoría de origen rural y afrodescendiente, en la que la realidad del desplazamiento forzado y el despojo de tierras impacta cotidianamente violando de manera masiva sus derechos fundamentales.

Respecto a la población saharaui, todavía hoy decenas de miles de personas se encuentran en una situación de refugio, viviendo en los campamentos saharauis de Tindouf (Argelia), en una zona desértica aislada y dependiendo, para sobrevivir, de la ayuda humanitaria internacional. El Movimiento por la Paz trabaja en los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf desde 1993 proporcionando ayuda humanitaria a la población refugiada.

Todas las personas tenemos derecho a vivir en Paz y disfrutar de nuestros derechos fundamentales en nuestras comunidades de origen. Y si no es así, desde los países de acogida tenemos la obligación de facilitar que quienes sufren injustamente el desplazamiento forzado, puedan tratar de restablecer sus vidas mientras el regreso a su país, o su región de origen, no garantice su seguridad. Por esta razón, queremos lanzar un llamamiento de comprensión y solidaridad a toda la sociedad, para que entre todas y todos consigamos que algún día, se haga justicia con las personas que se han visto obligadas a huir de sus comunidades de origen.