Producción local y liderazgo femenino destacan en la Jornada de la Mujer Nigerina
Las mujeres de las cooperativas rurales de la región de Tahoua, Níger, fueron las protagonistas de la celebración de la Jornada Nacional de la Mujer Nigerina, el pasado 13 de mayo, con el respaldo del Movimiento por la Paz -MPDL- y el impulso de un programa financiado por la cooperación española.
Esta celebración se enmarca en un proceso más amplio. El programa, titulado “Las mujeres y los jóvenes rurales como agentes de cambio para construir la paz y promover la resiliencia a las crisis en la región de Tahoua”, se desarrolla en 45 pueblos de los departamentos de Konni y Malbaza. Su objetivo es fortalecer la autonomía social, económica y organizativa de mujeres y jóvenes a través de la formación, la dotación de recursos, y el apoyo a actividades generadoras de ingresos (AGRS), como la transformación de productos agroalimentarios y la elaboración de cosmética artesanal.
Durante el evento del 13 de mayo —que conmemora la histórica marcha de mujeres en 1991— las mujeres expusieron y comercializaron productos como garin rogo (a base de yuca), harinas infantiles, aceite y pasta de cacahuete, jabones, cosméticos, tomate y cebolla secos, entre otros. Además de generar ingresos, el evento sirvió de plataforma para visibilizar su papel en el desarrollo local y lanzar mensajes de incidencia a las autoridades.
Para Aminatou Moussa, miembro activo de la cooperativa Femme Tegirgis de Zourbatan, este día ha cobrado un nuevo sentido: “Al principio no conocíamos la importancia de este día. Ahora sabemos que a nivel nacional hay un día dedicado a la mujer. A través de nuestras AGR contribuimos al desarrollo de nuestra zona y obtenemos ingresos para cubrir nuestras necesidades familiares”.
Por su parte, Haoua Issoufou, presidenta de la cooperativa Arzikin Mata de Arewa, destacó que la participación les ha permitido mejorar la presentación de sus productos: “Con el apoyo del MPDL, nuestros productos ahora tienen envases atractivos que responden al mercado. Logramos vender nuestros productos a través de quienes vienen a visitar nuestros stands”.
Pese a los avances, persisten desafíos estructurales, como la falta de circuitos comerciales estables y el alto coste de las materias primas. No obstante, la experiencia deja claras lecciones: las AGR bien gestionadas son rentables y las mujeres rurales están cada vez más implicadas para contribuir activamente a la resiliencia de sus comunidades.
Con el acompañamiento del MPDL y sus socias locales, mujeres y jóvenes rurales reafirman su papel como agentes de cambio, contribuyendo a una sociedad más justa, resiliente y en paz.