Con las sequías, ciertos cultivos no terminan su ciclo y se producen numerosos casos de abandono de superficies cultivadas porque el suelo se seca. Muy pocas familias pueden cubrir sus necesidades de alimentos con lo que sacan de su cosecha. La población tiene hambre y continuará teniendo hambre. Todo se agrava porque el precio de los cereales sube mucho. Algunas familias están tirando de sus pequeños ahorros, vendiendo sus medios de producción o solicitando el apoyo de la diáspora, una ayuda que ha quedado mermada por la crisis económica en Europa.