Movimiento por la Paz presente en el Festival Sabir 2025

El Movimiento por la Paz –MPDL– estuvo presente en la 11.ª edición del Festival Sabir, organizado por ARCI, que convirtió a Palermo en un espacio mediterráneo de derechos y justicia social del 23 al 25 de octubre.

María José Moreno, responsable del Área Jurídica de Movimiento por la Paz, intervino en la mesa “Fronteras y muros: ¿una Europa abierta solo a la explotación?”, un panel que analizó cómo la precariedad y los marcos migratorios condicionan la vulnerabilidad de las personas trabajadoras migrantes, con especial impacto en sectores como agricultura, construcción y logística, y qué políticas y prácticas pueden contrarrestar la explotación laboral.

El actual panorama europeo en materia migratoria, marcado por el refuerzo del control fronterizo y la contención de los flujos, deja poco espacio para la acogida y la garantía de derechos. Sin embargo, España mantiene uno de los marcos normativos más garantistas del continente, según destacó María José.

La ponente subrayó que la normativa española de extranjería es más garantista que la de otros países de la Unión Europea, tanto en el reconocimiento de derechos como en los procedimientos que posibilitan acceder a una situación de regularidad administrativa.

La Ley Orgánica 4/2000 sobre derechos y libertades de las personas extranjeras en España, basada en la gestión de flujos en origen, permite autorizaciones de residencia por circunstancias excepcionales a través del artículo 31.3. Esta figura, poco habitual en el derecho comparado, ofrece una respuesta legal a una realidad y a una necesidad social bidireccional: de la persona migrada y de la sociedad de acogida.

“Mantenerse dos años en situación irregular no es un premio”, señaló. A su juicio, la regularización “favorece la integración, protege la dignidad y fortalece el sistema económico y de seguridad social”.

Según el Observatorio Permanente para la Inmigración, a 30 de junio de 2025 había 352.089 personas con autorización de residencia por arraigo, un 23% más que el año anterior. En el último año, el porcentaje de personas en edad laboral titulares de una autorización de residencia por arraigo, afiliadas a la Seguridad Social, aumentó casi en un 15%.

La reciente reforma reglamentaria (Real Decreto 1155/2024), en vigor desde mayo de 2025, ha reducido de tres a dos años el tiempo mínimo de residencia exigido y permite trabajar con todas las modalidades de arraigo y residencias humanitarias. Existen ahora cinco tipos de arraigo: de segunda oportunidad, sociolaboral, socioformativo, social y familiar. La mayoría de las autorizaciones tienen una vigencia inicial de un año, salvo la familiar, que se extiende a cinco.

Pese a los avances, María José advirtió de que la reforma deja en situación de vulnerabilidad a las personas solicitantes de asilo, ya que el tiempo de tramitación no computa como tiempo en España. Esto obliga a esperar dos años desde la denegación firme para poder acceder al arraigo, una medida que, según denunció, “desincentiva el ejercicio del derecho de asilo” en lugar de agilizar su gestión.

Más allá del permiso: una cuestión de derechos

En su cierre, la interviniente insistió en que las políticas migratorias no deben reducirse a la gestión administrativa. “Regular las migraciones tiene que ver con la igualdad y la dignidad humana. Las residencias por arraigo no son una concesión, sino un reconocimiento: reconocer que una persona ya forma parte de nuestra sociedad”, afirmó.

Reclamó, además, un enfoque basado en los derechos humanos: “Migrar es un derecho humano; la acogida digna y el respeto a los derechos son una obligación ética, política y legal del Estado”.

La delegación de Movimiento por la Paz en el Festival Sabir la completó Luis Cortés, responsable de Asuntos Europeos, con quien seguimos reforzando alianzas y compartiendo experiencias desde España junto a organizaciones de Italia y Croacia en torno a políticas migratorias, condiciones de trabajo y protección de derechos.

El Festival Sabir se celebró en los Cantieri Culturali alla Zisa durante tres días de encuentros internacionales, formaciones, presentaciones y cultura en vivo, con ejes como la externalización de fronteras, la libertad de información en contextos de guerra, clima y migraciones forzadas, y el papel de arte y cultura como herramientas de resistencia.