Cooperativas de mujeres en Marruecos
Las cooperativas de mujeres en Marruecos son una oportunidad de trabajo e ingresos. Pero no solo. Las mujeres cooperativistas con las que trabajamos en áreas rurales de Marruecos son artesanas que se dedican a la miel, los tejidos, la cerámica, el palmito o el esparto. Iniciativas que ayudan a cambiar mentalidades, a encontrarse con otras mujeres en roles diferentes al de cuidadoras y mujeres del hogar.
En el Movimiento por la Paz -MPDL- en Marruecos llevamos a cabo diferentes proyectos para acompañar e impulsar cooperativas de mujeres en zonas rurales: cooperativas de miel del Parque Nacional de Alhucemas, Ait Kamra, Beni Boufrah, Izemmouren, Rouadi y Senada. Apoyamos estas iniciativas de la mano de la Red de ONG del parque, RODPAL, a través del fortalecimiento de capacidades, en la compra de materiales y equipamientos, con formaciones e identificación de necesidades. Nos apoyan la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), la Diputación de Ciudad Real y la Fundación Banco Santander.
El objetivo es acompañar la labor de las mujeres cooperativistas, las cuales se convierten en agentes de cambio en sus entornos y comunidades. Son mujeres que quieren trabajar fuera del hogar, que crean y gestionan cooperativas para dar oportunidades a las mujeres de la zona. Porque, normalmente, en la comuna las mujeres están en casa sin ingresos, sin ninguna oportunidad de trabajo remunerado. Las cooperativas les permiten tener ingresos para salir adelante, para tener más autonomía o colaborar en la economía familiar.
El impacto de estas iniciativas no es solo económico, va mucho más allá: permite transformar realidades sociales, cambiar mentalidades y mostrar otros roles de las mujeres tanto a la comunidad como a las futuras generaciones. Acudir a formaciones, mercados o ferias les da la oportunidad de abrirse al mundo, de conocer y encontrarse con personas que de otra forma sería imposible. Al mismo tiempo, promueven la igualdad de oportunidades, el desarrollo rural, el ecoturismo y permiten la conservación de las tradiciones más artesanales. Son mujeres que impactan en sus entornos y comunidades, que demuestran que otra forma de vivir para ellas, para todas, es posible.