Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+: Nuestro orgullo es la diversidad.
El 28J es memoria, es resistencia y resiliencia, es encontrarnos todas, todos y todes desde lo colectivo. Una fecha para afirmar que la diversidad construye sociedades más libres, más justas, más vivibles. La diversidad construye paz.
Hoy, como cada año, recordamos los disturbios de Stonewall en Nueva York (1969), punto de partida de las movilizaciones contemporáneas por los derechos de las personas LGTBI. También celebramos la primera manifestación en España, en junio de 1977 en Barcelona, que abrió camino a un movimiento plural, transformador y profundamente comprometido con la igualdad.
A pesar de los avances, la discriminación y los discursos de odio siguen presentes en múltiples ámbitos de nuestra sociedad. En 2023 se registraron más de 1.600 incidentes de odio en España , siendo los relacionados con la orientación sexual y la identidad de género los más frecuentes después del racismo y la xenofobia. Sin embargo, un 83,5% de las personas LGTBIQ+ no denuncia las agresiones sufridas, por miedo o desconfianza en las instituciones, según datos de la FELGTB.
En el caso de las personas trans, la realidad es especialmente preocupante: el 85% sufre discriminación laboral, según el Estudio Exploratorio del Ministerio de Igualdad. A nivel global, los mecanismos de protección siguen siendo insuficientes: desde 2008, más de 5.000 personas trans han sido asesinadas en todo el mundo, el 94% mujeres trans, la mayoría racializadas (Transgender Europe). Esta violencia es una forma extrema de violencia machista, agravada por el racismo y la precariedad.
Aunque en 1994 el Comité de Derechos Humanos de la ONU dictaminó que criminalizar la homosexualidad vulnera derechos fundamentales, y en 2000 la Carta de Derechos Fundamentales de la UE prohibió por primera vez la discriminación por motivos de orientación sexual, las amenazas contra los derechos LGTBIQ+ persisten.
Más de 60 países penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo, y en 11 se castigan con la pena de muerte. En Europa, al menos nueve países han debatido o aprobado leyes regresivas contra personas trans o no binarias desde 2022. Además, ha aumentado la censura de contenidos LGTBI en redes sociales, escuelas y medios.
No puede celebrarse el orgullo donde no hay posibilidad real de ser, de amar, de existir con dignidad. La guerra arrasa también las disidencias, silencia las voces LGTBIQ+ y destruye sus redes de apoyo. Por eso rechazamos cualquier forma de pinkwashing que utilice el discurso de la diversidad para encubrir políticas belicistas, coloniales o de exclusión.
La paz que defendemos es una paz con derechos, con afectos, con justicia. Y solo esa paz puede sostener el orgullo.
Desde el Movimiento por la Paz – MPDL – trabajamos por una cultura de paz que abrace todas las formas de ser y sentir. Una paz que protege todos los cuerpos y celebra todas las formas de amar.