Frente a su racismo, nuestra construcción de paz
En los últimos días hemos asistido a una preocupante sucesión de agresiones racistas en distintos puntos del país. Persecuciones callejeras en Torre Pacheco, el incendio de la mezquita de Piera, pintadas xenófobas en Ponferrada o ataques a centros de menores tutelados y de personas migradas. Estos hechos no son aislados ni anecdóticos. Son el reflejo de un clima social envenenado por bulos, desinformación y discursos racistas y de extrema derecha, sostenido por una preocupante impunidad institucional.
Son precisamente estos grupos que promueven un desprecio colectivo hacia las personas migrantes, llegando incluso a proclamar públicamente su intención de expulsar a 8,4 millones de personas, los que alimentan un relato de odio. Este discurso no solo deshumaniza, sino que allana el camino para que se normalice la violencia, como ha ocurrido recientemente en Torre Pacheco. La palabra se convierte en arma cuando se utiliza para justificar o minimizar agresiones que nacen del racismo institucional y social.
Detrás de estos actos hay campañas de desinformación perfectamente estructuradas. Comienzan con la difusión de bulos o noticias manipuladas en redes sociales, habitualmente desde cuentas anónimas o coordinadas, que asocian migración con delincuencia o inseguridad. Esos contenidos son amplificados por medios y páginas afines, que les otorgan apariencia de veracidad. Luego, figuras políticas o mediáticas los utilizan para reforzar su discurso, y finalmente acaban traducidos en acciones físicas como las ocurridas en los últimos días.
Esta cadena de producción del odio es una estrategia con objetivos claros: generar miedo, fracturar la convivencia y debilitar los derechos de todas y todos. Se alimenta de desinformación, miedo e impunidad, y busca deshumanizar a quienes son señaladas. Estos relatos tergiversan la realidad y deshumanizan a niñas y niños, a familias y a comunidades enteras. Por eso, es imprescindible nombrar estas dinámicas, desenmascarar sus mecanismos y frenarlas.
Desde el Movimiento por la Paz, condenamos esta ofensiva de odio y exigimos una respuesta firme, coordinada y sin ambigüedades por parte de las instituciones, los medios de comunicación y la sociedad. Tenemos la obligación colectiva de actuar con todos los recursos disponibles.
Frente a sus discursos de odio, tejemos comunidad. En barrios, pueblos y ciudades, vecinas, colectivos y entidades nos organizamos, cuidamos y resistimos. Desde el Movimiento por la Paz trabajamos para acompañar a las víctimas de discriminación racial o étnica, formar redes comunitarias, desmontar bulos, ofrecer atención jurídica gratuita, impulsar campañas antirracistas y fortalecer una ciudadanía activa, crítica y diversa.
Si has sido víctima o testigo de racismo o discriminación, estas son algunas herramientas a tu disposición:
- Línea 021 – Servicio de asistencia gratuita a víctimas de discriminación racial o étnica (CEDRE): Más información
- Atención jurídica especializada desde nuestras sedes en todo el Estado: Acceder
- Formación y materiales educativos sobre antirracismo: Ver recursos
- Apoyo a iniciativas vecinales y espacios de diálogo intercultural.
- Diferentes guías y recursos especializados: Revista Tiempo de Paz nº 151
Desde el Movimiento por la Paz no vamos a mirar hacia otro lado. Frente a su racismo, nuestra construcción de paz.