La salud mental en el centro frente a la violencia machista y el riesgo de suicidio

Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, el Movimiento por la Paz –MPDL– alerta sobre la relación entre la violencia machista y el riesgo suicida. Ser víctima de violencia de género vulnera derechos fundamentales y la integridad física de las mujeres, quiebra su salud mental y puede convertirse en un factor determinante en la aparición de conductas suicidas.

El suicidio machista es la segunda causa mortal derivada de la violencia machista

El denominado suicidio machista es una de las consecuencias más devastadoras y menos visibilizadas de la violencia de género. Tras el homicidio a manos de los agresores, el suicidio es la segunda causa mortal derivada de la violencia machista. Según la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, 4 de cada 10 mujeres que sufren violencia de género se suicidan y la prevalencia de pensamientos suicidas es cinco veces mayor entre quienes han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja.

Esta relación sigue ausente en las estadísticas oficiales y en muchos protocolos institucionales, lo que mantiene una atención fragmentada que revictimiza a las mujeres y limita su acceso a recursos adecuados. Cuidar la salud mental de las mujeres, especialmente de quienes han sufrido violencia machista, es una prioridad política y social. Implica reconocer que su sufrimiento no es un problema individual ni un trastorno aislado, sino la consecuencia directa de un sistema de violencia estructural que puede llevarlas a percibir la muerte como la única vía para poner fin a su dolor.

El silencio también mata y hablar salva vidas

Uno de los mitos más extendidos y peligrosos en torno al suicidio es la idea de que hablar de él puede fomentarlo. La evidencia demuestra que cuanto más se visibiliza, más se previene. La mayoría de las personas que se suicidan han manifestado señales o advertencias previamente, por lo que contar con espacios de escucha y acompañamiento adecuados puede marcar la diferencia.

Sin embargo, muchas mujeres no llegan a verbalizar estas ideas debido al miedo al estigma. Temen ser etiquetadas como personas inestables y perder credibilidad, especialmente en procesos judiciales o en su entorno cercano. Este doble estigma, el asociado a la salud mental y el derivado de ser víctima de violencia machista, refuerza el aislamiento y dificulta la intervención temprana. Por ello, es imprescindible que los recursos de salud mental incorporen de forma sistemática la evaluación de la violencia machista, y que los servicios especializados en violencia incluyan la detección del riesgo suicida.

Un acompañamiento integral para recuperar la vida

En 2024, 102 mujeres participaron en las actividades del proyecto de intervención con mujeres en situación de violencia de género y riesgo suicida que se puso en marcha desde el Área de Mujer de Movimiento por la Paz, consolidándose como un recurso de referencia en la intervención con mujeres en situación de violencia de género y riesgo suicida.

Por un lado, se ofrece atención psicológica individual a mujeres en situación de violencia de género, creando espacios seguros y confidenciales en los que abordar el trauma, reconstruir la autoestima y recuperar la identidad personal. Paralelamente, se desarrollan talleres grupales que rompen el aislamiento, favorecen el apoyo mutuo y refuerzan los vínculos sociales, uno de los principales factores de protección frente a la conducta suicida.

La intervención se completa con formación especializada dirigida a profesionales del ámbito social y sanitario, con el objetivo de mejorar la detección temprana e incorporar una perspectiva de género en el acompañamiento a las mujeres, así como con campañas de sensibilización que contribuyen a romper el silencio que rodea a esta problemática y a desmontar los mitos que todavía persisten en torno al suicidio.

Además, se han elaborado materiales clave que contribuyen a la prevención y a una intervención más eficaz:

Ya puedes consultar el vídeo del webinar en el que abordamos la conducta autolítica desde un enfoque preventivo, comunitario y con perspectiva de género, analizando factores de riesgo, señales de alarma y herramientas de intervención, y destacando la importancia del acompañamiento familiar y comunitario en el marco del proyecto AMIGAS.

Claves para la intervención en la conducta suicida con perspectiva de género – Una guía práctica para identificar señales de alerta, comprender el impacto de la violencia machista en la salud mental y actuar de forma temprana y eficaz.

Infórmate sobre el suicidio – Un recurso esencial para desmontar mitos, reconocer factores de riesgo y acompañar adecuadamente a personas en situación de vulnerabilidad.

En este Día Mundial de la Salud Mental, Movimiento por la Paz subraya la urgencia de situar la salud mental en el centro de las políticas públicas, impulsar investigaciones con perspectiva de género y desarrollar protocolos integrales que permitan prevenir el suicidio machista y acompañar a las mujeres en su proceso de recuperación y reconstrucción vital.