Con voz propia: por la salud y el bienestar de las mujeres
En el marco del 8M, desde el Movimiento por la Paz queremos hacer un especial énfasis en la salud de las mujeres, un tema que atraviesa todos nuestros derechos y condiciona nuestra calidad de vida. Reivindicamos nuestra voz, la de la mitad de la población mundial, y exigimos que la perspectiva feminista esté presente en todos los ámbitos de la sociedad, incluyendo el sanitario.
Nuestro trabajo nos ha mostrado cómo los sesgos de género y racismo en la medicina afectan negativamente la salud de las mujeres, especialmente de las mujeres racializadas, perpetuando la inequidad en el acceso y la atención sanitaria. La medicina, históricamente centrada en el hombre blanco heterosexual, ha invisibilizado a las mujeres y a las personas no blancas, y ha ignorado cómo las enfermedades impactan de manera diferenciada a estos grupos. Es urgente aplicar una perspectiva de género e interseccional que aborde estas desigualdades estructurales. Hace algunos meses publicamos el informe Con Voz Propia, sobre los determinantes biopsicosociales que afectan la salud y el bienestar de las mujeres. Este enfoque resalta cómo factores biológicos, psicológicos y sociales interactúan entre sí para influir en nuestra salud, mostrando realidades específicas como la precariedad laboral, la violencia de género y el acceso desigual a servicios de salud. En el Movimiento por la Paz, trabajamos junto a mujeres en distintas partes del mundo, para garantizar nuestros derechos y promover nuestro empoderamiento. Para contribuir al derecho a la salud con perspectiva feminista desde MPDL: En España , apoyamos a mujeres en situación de vulnerabilidad a través del Punto de Atención Integral a la Mujer, un espacio dedicado a quienes han sido víctimas de violencia o se encuentran en riesgo social. Este centro ofrece atención integral, desde orientación legal hasta apoyo psicológico, y es un ejemplo de nuestro compromiso por la igualdad de género y la erradicación de la violencia machista. En Mali y Níger, respaldamos los esfuerzos comunitarios y de los servicios públicos de salud para mejorar la atención obstétrica, abordar las complicaciones derivadas de la mutilación genital femenina y reducir los impactos de la malnutrición materno-infantil. Nuestro apoyo incluye el fomento de prácticas de lactancia materna y la promoción de derechos sexuales y reproductivos en comunidades rurales, donde las mujeres a menudo enfrentan obstáculos insuperables para acceder a atención médica adecuada. En Colombia, Guatemala y Nicaragua, brindamos apoyo a las mujeres en su atención en salud como parte de un acompañamiento integral ante las diversas violencias que padecen. Paralelamente, implementamos un enfoque comunitario y educativo dirigido a jóvenes, con el fin de prevenir prácticas violentas, promover actitudes saludables y fomentar el respeto a sus derechos sexuales y reproductivos. En Colombia, este esfuerzo se complementa con el apoyo a mujeres sobrevivientes de violencia sexual en el contexto del conflicto, para que puedan acceder a una reparación integral, que incluye también la atención en salud. En Palestina, Líbano y Jordania, como parte de nuestro trabajo en protección integral a víctimas de violencias, ponemos el foco en la atención a mujeres y niñas con discapacidad, quienes a menudo se enfrentan a barreras físicas, sociales y culturales que limitan su autonomía y salud. Acompañamos a estas mujeres y niñas en su empoderamiento, apoyando su participación en la toma de decisiones sobre su propio cuerpo y vida. Descarga y consulta el informe 'Con voz propia''Con voz propia' sobre los determinantes biopsicosociales que afectan a la salud y el bienestar de las mujeres.