Black lives matter: Las vidas negras importan en todos los rincones del planeta

Black lives matter: Las vidas negras importan en todos los rincones del planeta

Desde el Movimiento por la Paz -MPDL- nos sumamos a la ola global de solidaridad y denuncia como consecuencia del asesinato de George Floyd en Minnesota, Estados Unidos, tras un nuevo episodio de abuso y racismo policial.


El racismo institucional ha vuelto a golpear a la sociedad estadounidense. Un país en el que la población negra tiene el doble de posibilidades de vivir en situación de pobreza, de morir en enfrentamientos con la policía y de tasa de mortalidad infantil que la población blanca. El asesinato de Floyd ha sido la gota que ha colmado el vaso ante el racismo estructural, la impunidad y el racismo policial.

Esta nueva toma de conciencia colectiva ante el grito desesperado de quienes no pueden soportar más ha de servir para luchar contra el racismo en todas sus formas y en todas las sociedades. No es suficiente quedarse en la prohibición formal de cualquier forma de discriminación por motivos raciales o étnicos: debemos actuar hacia la educación en igualdad, hacia valores de convivencia pacífica, respeto de las diversidades y defensa de los Derechos Humanos, profundizar en políticas públicas y acciones individuales y colectivas encaminadas a conseguir una sociedad verdaderamente justa e inclusiva que erradique por completo cualquier actitud racista desde la base.

Porque el racismo estructural que estamos viendo en Estados Unidos es el mismo que provoca el auge de los discursos xenófobos en la Unión Europea, las muertes y el sufrimiento de miles de personas en el Mediterráneo y en las fronteras europeas a las que llegan huyendo de sus hogares y a las que el viejo continente les cierra la puerta.

Black lives matter, las vidas negras importan, tiene que convertirse en un grito colectivo mundial y una máxima para cualquier persona y sociedad que aspira a ser justa e igualitaria. Las vidas negras importan en Minnesota, en Ceuta, en Melilla, en Lampedusa, en Moria y en todos los rincones del planeta.